Al fin como abogado podré hacer lo que me gusta. Concursé a una plaza en la Defensoría del Pueblo y fui nombrado Defensor del Pueblo Adjunto para las Cárceles (Penales).
Soy un convencido de que los seres humanos estamos hechos para el bien, de que en lo más íntimo de nuestra naturaleza humana vive el altruismo, el amor al prójimo. Más bien la sociedad y el ambiente en que nos desarrollamos determinan nuestras inclinaciones al mal.
Si algunos se han portado mal, la sociedad no debe responderles con la misma moneda. Ellos son seres humanos como nosotros pero que no tuvieron las mismas oportunidades, por eso delinquieron. Su rebeldía fue la única manera decorosa de elevar su voz de protesta contra las injusticias.
Para probar mi teoría decidí realizar una investigación, para lo cual revisé una muestra estadística de las historias personales de todos los internos que están en este penal. En primer lugar les diré que este penal fue construido para 800 internos y actualmente alberga 3,430 internos. ¿Qué se debe hacer? ¿Despenalizar, es decir encarcelar menos, agilizar los procesos para dictar sentencias? ¿Sabían ustedes que hay muchos internos que ni siquiera tienen sentencia? Es que no tienen dinero (para coimear, es decir para transar con los miembros de la pirámide alimenticia de la corrupción: policías, abogados, jueces y fiscales) para que sus procesos personales se realicen. En mi país les diré que lo máximo a lo que se puede aspirar es a la justicia. Cuando debería ser lo mínimo. ¿No? ¿O tal vez deberíamos construir más penales? Ese es otro tema.
Hoy he ido al pabellón de los violadores. He revisado sus files, hay violadores de niños, niñas, muchos de ellos son sus propios familiares. Incluso además de violar terminaron matando a sus víctimas. Y he considerado como una obligación moral, investigar sus historias para comprenderlos mejor. Me he dedicado varias semanas a ello y he encontrado varias coincidencias, con lo que pienso, en los que delinquen. Muchos de los violadores provienen de hogares en los que sus padres no los cuidaron o uno de los padres faltaba. Muchos de ellos fueron tocados sexualmente (e incluso violados) de pequeños por personas a las que se les encargó que los cuiden. Ese fue un craso error de los padres. Luego, muchos de los violadores vivieron situaciones de violencia familiar y social. Por ende desarrollaron esos afectos perversos de los que no son responsables. Cuando ellos violaban a los niñitos, cuando los forzaban, cuando los estrangulaban o los asfixiaban para que no griten, no se solazaban, por favor no sean tan mal pensados; más bien estoy seguro que sufrían un terrible conflicto interno en el que ganaba el mal. Por lo tanto la sociedad es la culpable. Ellos tienen derechos mínimos, y si se comportaron peor que animales, diremos que incluso los animales tienen derechos.
He ido al pabellón de los asaltantes. He revisado por varios meses sus carpetas personales y en los informes sicológicos está comprobado que el origen de sus comportamientos está en los grandes errores de sus padres, quienes no les pusieron límites y no los formaron en los valores. Esos niños empezaron hurtando como quien juega y la sociedad (otra vez la sociedad) los premiaba por su picardía, su viveza. Después vieron que la sociedad aparentemente castiga al trabajo honrado, paga muy poco por horarios durísimos y la mayoría de íconos del país (empresarios y políticos) han hecho dinero robando. Así que en su lógica primitiva dedujeron que lo más fácil era conseguir lo ajeno a la mala, simplemente tomarlo sin ningún permiso. Y también en sus vidas les reforzaron la idea de que el dinero conseguido de súbito se debe gastar de la misma manera. Los asaltantes son una más de las víctimas del entorno. Cada vez me quedo más sorprendido.
Para continuar con mi investigación he ido al pabellón de los criminales. Muchos de los parricidas tenían justa razón, mataron a un padre, muchas veces alcohólico, que los agredía con fiereza y, lo peor, con total impunidad. No tenían esperanza, y creo que no tenían otra alternativa. Los que mataron por celos, pues sencillamente ¿cómo reaccionar si llegas a casa y encuentras a tu mujer revolcándose en la cama con el vecino? ¿Cómo reaccionar si te habían azuzado todos en el barrio diciéndote que cuides a tu mujer y te lanzaban indirectas? ¿Cómo reaccionar si tu mujer te trataba con el amor más puro, si te despedía con un beso tierno al salir para trabajar; si te recibía con un beso al regresar incluso delante del vecino, tal vez el padre de tus hijos; si ella se apuró para enviar a tus hijos a las aulas de educación inicial tan solo para quedarse sola, por lo menos toda la mañana y cometer todas sus trapacerías? ¿Cómo reaccionar? Claro, no matando, me dirán, pero muchas veces ante tanta desilusión, resentimiento y burla, no te queda otra. Y cuando has matado a un socio. Lo primero que se nos ocurre es, qué desgraciado, ¿cómo lo pudo hacer? Pero si revisas la historia resulta que el socio muerto escribió su sentencia a pulso. El socio con argucias legales y con la mayor perfidia se apoderó de la empresa societal que tenías y te despoja del trabajo y de los ahorros de toda tu vida. Y lo que es peor el Poder Judicial dilata para nunca la solución justa. Lamentablemente, discúlpenme, se tenía que tomar la justicia con las propias manos.
¿Y las penas para los narcotraficantes? Bueno pues la decisión de consumir drogas o no es individual, es un problema personal. Si hay producción de droga es porque hay un mercado que demanda. Y a los campesinos les es muy rentable sembrar coca. Y respecto a los beneficios para el Estado ¿Acaso no hay muchos ludópatas que pululan con hogares destruidos, con ahorros dilapidados con pensamientos lascivos para conseguir más dinero y seguir perdiendo? Claro la diferencia es que los casinos pagan impuestos. ¿Y si los productores de droga pagaran impuestos? ¿Comenzaríamos a considerar la legalización del consumo? Y los narcotraficantes pa´fuera. Y los productores pa´rriba. Hay una triple moral en la sociedad que permite muchos latrocinios.
¿Y los que contratan sicarios? Existen unos señores, los autores intelectuales, (los intelectuales de la historia) que cansados de la presencia de ladronzuelos, hicieron una colecta para que una banda de policías los maten de manera anónima por así decirlo. Y comenzaron a matar pirañas y la ciudad se fue limpiando. Todo mejoró, el comercio, el turismo, la seguridad ciudadana. Esos pastrulos existen, roban a mujeres indefensas, ancianos, embarazadas, a discapacitados. Atacan en banda pero cuando la policía los captura, nunca les levanta un atestado de que el delito lo cometieron en banda, con lo cual la pena sería mayor, sencillamente la policía recibe dinero de ellos y los suelta nuevamente para que vuelvan a las andanzas y sigan haciendo daño. Entonces díganme ¿cuándo contratas a alguien para que mate a esos insectos haces mal? Dejo la pregunta para que duden. Yo creo que la sociedad inventa mecanismos naturales de depuración para todos esos lumpen.
Así que mi conclusión es clara y contundente, todos los delincuentes son inocentes, nosotros somos los culpables, la sociedad. Así que, aún cuando no hay suficiente espacio en las cárceles para todos, porque la cárcel debería ser para nosotros y no para ellos; se debe resarcir a todas esas terribles víctimas que están en estos momentos en los penales. Considerando los Derechos Humanos, les aseguro que no habrá ningún riesgo, se les debe excarcelar ahora mismo a todos ellos. Completamente a todos.
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